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¿Por qué el Prestige navegaba en un área marina sensible?

La Coruña, España - De pie junto a una playa cerca de la Villa de Caion, mirando la densa mancha negra que cubre las playas y los cabos, y conociendo la tragedia más de cerca, muchas preguntas se vienen a la mente. ¿Por qué un viejo buque de petróleo escogió esta vía para transportar tan peligrosa carga? ¿Pasó éste las revisiones de mantenimiento de rutina? ¿Quién pagará por el daño causado? ¿Qué sucederá con las 60 mil toneladas de petróleo que se hundieron con el Prestige? Todas son preguntas importantes y necesitan ser contestadas. Sin embargo existe otro interrogante que no ha sido resuelto satisfactoriamente. ¿Por qué un buque petrolero navegaba cerca de la costa de Galicia? El Prestige nunca debió haber estado donde estuvo. Trasportaba una delicada carga de combustible industrial pesado — uno de los peores tipos de petróleo en caso de derrame — dentro de un área rica en especies marinas y aves, y donde cerca del 60% de la población local depende de la pesca para su sustento. Adicional a esto, una vez al tanque se le empezó a derramar la carga, fue remolcado hasta el lugar donde éste se hundió dentro del Banco Galicia: un montículo del mar o una montaña submarina, con una alta biodiversidad que WWF ha propuesto para ser designada como un Área Marina Protegida. Los serios efectos del derrame ya están en el agua y en la línea costera. Los estimados actuales afirman que 4 mil pescadores galicios y más de 28 mil personas empleadas en industrias asociadas serán despedidas de sus trabajos. Las áreas de pesca se verán afectadas a lo largo de 10 años y los impactos en el medio ambiente quizá serán evidentes durante los próximos 20–30 años; y como si fuera poco, si las 60 mil toneladas del petróleo que quedaron en el buque no son contenidas, los efectos serán catastróficos. La atención de los medios ha destacado los peligros de los buques petroleros de un solo casco y la necesidad de estrictas regulaciones al mantenimiento de las embarcaciones; señalando estas circunstancias como posibles responsables por el accidente. No obstante, necesitamos recordar que aún con estrictas leyes de diseño y mantenimiento de embarcaciones, y que a pesar de que las compañías lleven a cabo controles responsables, los accidentes siguen sucediendo. Las embarcaciones transportan el 80% del comercio internacional. Siempre habrá hundimientos, colisiones y otros accidentes, que aún con las mejores reglas no se pueden prevenir. No es suficiente centrarse únicamente en la reducción de la probabilidad de futuros derrames, los gobiernos también necesitan asegurar que los derrames no ocurran en áreas marinas vulnerables. La Organización Marítima Internacional (IMO, por su sigla en inglés) tiene la capacidad para hacerlo. En 1991, la IMO adoptó el concepto de Áreas Marinas Particularmente Sensibles (PSSA, por su sigla en inglés) —áreas vulnerables a daños por actividades de navegación internacional — que necesitan protección especial por su significado ecológico, económico, cultural o científico. Las PSSAs son marcadas en cartas náuticas internacionales, y los marineros requieren de un cuidado extra cuando navegan a través de ellas. Países costeros pueden también adoptar medidas de protección adicionales para aquellas áreas y salvaguardarlas contra riesgos particulares asociados con la navegación internacional. Incluyendo la prohibición de circulación navíos de un solo casco, la identificación de áreas que deben ser evitadas y de rutas recomendadas, el requerimiento a bordo de pilotos experimentados cuando los barcos pasan a través de dichas áreas y el requerimiento de un reporte obligatorio cuando las embarcaciones transiten en las áreas sensibles. Una red de PSSA unida con regulaciones de navegación estrictas apropiadas para cada área ayudaría a reducir el impacto futuros derrames y otros accidentes similares. La verdadera tragedia es que en 11 años desde que fueron introducidas las PSSA, solo 5 han sido designadas mundialmente. La línea costera de Galicia es un de ellos. Más de 300 embarcaciones se han hundido en la costa de Galicia en los últimos 100 años. La designación como PSSA para esta área no pudo evitar el desastre del Prestige, sin embargo, pudo haber ayudado a minimizar los riesgos para los humanos y la vida salvaje de ésta y otras regiones costeras sensibles. Previos derrames de petróleo han ya dejado mejoras en las prácticas de navegación y sus regulaciones. Después del derrame del Exxon Valdez en 1989, Estados Unidos introdujo la eliminación progresiva de buques petroleros de un solo casco hasta el 2015. El derrame del Erika en 1999 a las afueras de las costas francesas incitó a la IMO a acelerar su plazo para igualar al de Estados Unidos y además, condujo al fortalecimiento de las leyes marítimas de dicho país. Aunque la puesta en marcha de estas leyes sea lento -aún cuando podrían ser mucho más estrictas- constituye un paso esencial hacia la reducción de la probabilidad de futuros derrames de petróleo. Ojalá el derrame del Prestige se convierta en el catalizador de la siguiente fase en el proceso, asegurando que cualquier futuro derrame no afecte áreas marinas vulnerables. Esto ayudaría a darle tanto a las personas como a la naturaleza, una mayor protección contra futuros desastres similares. *Simon Cripps es Director del Programa de Océanos en Peligro de WWF